Estamos eligiendo una película para el domingo tarde con los niños. Vamos mirando en el servidor; ellos me van diciendo y yo les voy leyendo los argumentos. Todas las películas llevan un mensaje intrínseco. La clásica moraleja de antes ahora un poco maquillada, para no ser tan evidente. Los niños rápido nos ven "el plumero"... Tras leer varias mi hija me dice "todas son iguales, de uno que es diferente, lo rechazan, y luego lo aceptan, vaya rollo". El comentario me hace gracia, pero a su vez me parece muy acertado. ¡Qué razón! Hasta el domingo por la tarde, el día que toca pantalla, ¿todo tiene que ser tan éticamente correcto? Los valores no se inculcan. La vieja táctica en la que creció nuestra generación basada en "tocar la fibra" para despertar la empatía ya está caduca. Ya le pusimos nombre al chantaje emocional. Las moralejas son los restos de un estilo educativo nacional-católico, moralizador, de ética impuesta y valores postizos. Así no se integra ...
Breves reflexiones desde de la pedagogía, con mirada psicoanalítica.