Sugiero equiparar este sintagma a la famosa cita de William Sheakspeare en Hamlet , el "ser o no ser", que se debate entre el existir o no invocándonos, a cada lectora, según su condición, a muchos otros dilemas: hacer o no, atreverse o no, osar, o no, ... Y añado yo "desear, o ser deseado". Como sujetos no vemos abocados a decidir. Todo el día decidimos, o no. Si no lo hacemos, parece que no decidimos, pero al contrario, es inherente a la experiencia. Si no decidimos, ¿estamos pasando de sujetos a objetos?, o es que si no decidimos con voz damos lugar a un nuevo estatus de sujeto-objeto? ¿Cuándo soy sujeto? ¿Cuándo objeto? Mi hipótesis es que en muchas ocasiones elegimos ser objetos, objetos del otro que asume su posición de sujeto con aparente determinación y conciencia. Vámonos a la infancia. Crecemos en un entorno en el mejor de los casos, que nos arropa mejor o peor, pero nos arropa. Es el primer eslabón de ese proceso de socialización del que Durkheim nos hab...
Breves reflexiones desde de la pedagogía, con mirada psicoanalítica.