Ir al contenido principal

MADRES DESQUICIADAS

Hoy he ido a acompañar a mi hijo a natación. Ya es la segunda vez que en el vestuario observo una situación que me impacta. Una madre como ida de sí, con su hija, intentándola manejar cuál objeto, forcejeando frente a las resistencias de la niña. La madre, como abducida, procede, absorta más allá de sí misma, poseída. Harta de todo, incluso de ella misma, de su propia confusión. Con su diálogo interno en el que se pregunta, lamenta, llora, odia, ... de todo un poco y todo a la vez. 

Mientras, la niña llora desconsoladamente, como si llorara lo que su madre llora para dentro. La niña como la voz de la madre. La madre sigue forcejeándola, cuál si hubiese algo que atisbara un goce propio. Como si aquello sobre el otro pudiese calmar el propio dolor, reafirmar la propia razón que nunca fue reconocida. Cuando termina la escena la niña se abraza fuerte a la madre, que la recoge semi-amorosa, y se marchan.

Veo madres que sufren mucho. Que se machacan y que frustradas, machacan al Otro contra toda su voluntad. Luego se culpan, y se quedan ancladas en esa pena desamparada. Nadie recoge su pesar. Lloran de verdad a oscuras, cuando su niña, que para más suele ser intensa, se ha dormido por fin. Han deseado todo el día alejarse ella y de ellas mismas, y cuando por fin podrían, la culpa no les deja, sienten la obligación moral de seguir pegadas a su cría, como quien busca consuelo de algo... Es el goce disfrazado de falso deseo.

Esta historia de la madre con su niña es una fábula, pero como tal, representa una manera bastante extendida de vivir la maternidad hoy en día. Comentaba con una compañera que en nuestras generaciones hemos dedicado mucha energía a pensar la crianza. Esto no significa que hayamos estado más presentes, ni que hayamos podido atender de forma más afinada las necesidades de nuestros hijos e hijas. Me parece que lo que hemos perseguido ha sido calmar una voz interna, un inconsciente propio, escaldado y a veces al rojo vivo, que se nos escurre diariamente, como agua entre los dedos, gracias a la intensidad que acompaña al rol de madre. Llegamos a la maternidad confundidas, con nuestras fallas, y las hijas e hijos lo único que hacen es poner en mayúsculas, negrita y subrayado, aquello que chirría dentro de nosotras mismas. Esto junto con la sensación del poco tiempo para una misma es un cóctel explosivo. Y nos vemos llevando hijas a natación y riñéndolas por cualquier cosa, solo porque estamos hartas y parece que ese Otro es el único que nos oye. 

No le vamos a dar esa responsabilidad a un niñ@. El entramado del inconsciente debe revelárselo cada una consigo misma. La fórmula del psicoanálisis permite reconocerse a una misma como dañada, con sus actos fallidos, sus pulsiones, todo aquello que cuando emerge nos confunde y nos sitúa vulnerables. El psicoanálisis, con la figura de la psicoanalista, crea el escenario para performarlo todo a través de la palabra. Permite soltar y obliga a recoger, a hacerse cargo de lo propio, sin la culpa. Las madres deberíamos disponer de estos espacios psicoanalíticos para dejar en los divanes nuestros diálogos internos y poder hacer de ellos algo que nos permita abrazarnos. 

Nadie te va a salvar, más que tú misma, con tus propias palabras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

ESTO NO ES SUECIA, NI POR ASOMO

Está de moda ver series, el nuevo discurso del amo. A la mañana siguiente las comentamos y esto nos hace sentir una más entre "nuestra gente". En estas parece que andaba que, sin poder encontrar serie a la que agarrarme, empiezo ver Això no és Suècia , una producción de TV3 en 8 capítulos que recoge con mirada satírica las paradojas y contradicciones de esta nueva ola de maternidades y paternidades autodenominadas conscientes. En un principio parece simpática, con los personajes prototípicos y las escenas idílicas. Aparentemente, todo en pro de un estilo de crianza que se dice respetuoso, pero que a medida que avanza la serie cae en picado para dar lugar al egoísmo de adultos desorientados, sin rumbo y sin hitos dónde poderse ir agarrando en este intrépido viaje que siempre fue la pa-maternidad. No podemos negar que este hecho vital es siempre una sacudida, por lo que sobrevivir a ella y salirse habiendo aprendido alguna cosa ya sería más que suficiente. Pero no, parece que q...

HABLAD A LOS BEBÉS

Cuando yo tuve el primer bebé, mi querida psicoanalista de cabecera se encargó de que me quedase bien clara la importancia de hablar a los bebés. "Ella te va a entender, háblale, todo lo que puedas!", me decía... Seguramente me decía más cosas, pero en aquel momento esta idea me caló bien adentro.  Luego, con los años, los seminarios y las lecturas, fui entendiendo esta idea.  El lenguaje nos constituye como sujetos y nos constituye como seres sociales. Nos estructura. Sin lenguaje no hay orden. Nos abre las puertas a nombrar no solo lo que percibimos y es tangible, sino también a aquello que es simbólico y que en ese instante solo existe en nuestra mente. Podemos nombrar lo que estamos viendo, pero también aquello que en este preciso momento no tenemos aquí.  El lenguaje también nos acoge en un tiempo y un lugar, en un momento histórico, social, cultural. Nos hace como somos. Nos constituye de tal manera que pertenecemos y perteneceremos siempre en origen a un sitio dete...

LO MARAVILLOSO DE ACOMPAÑAR A NUESTR@S HIJ@S

Tendemos a ser recelosos con lo nuestro. A quién más o a quién menos nos gusta hacerlo a nuestra manera, poder controlar lo que nos atañe y decidir según nuestro parecer.  De la misma manera nos pasa con l@s hij@s. Queremos hacerlos a medida, que no nos chirríen ni nos perturben demasiado. Que se sintonicen con nuestro estilo. Así fácil. Es una mirada inevitablemente oikocéntrica. Pero resulta incómodo ir viendo cómo, a medida que van creciendo, l@s hij@s se desmarcan de nuestras proyecciones. Además de desmarcarse, luego nos confrontan. Saben dar allí donde más duele. Tocan la tecla más aguda, ponen a prueba nuestra capacidad de autocontención, logran sacarnos de la función educativa y ponernos en el lugar de iguales. Se da un vaivén de altibajos, de tensiones y distensiones interesantes a través de las cuales se ponen sobre la mesa muchas cosas sobre cada un@ y sobre la relación misma. Así pues, es maravilloso que todo esto se dé, porque sin agitación no puede darse la emanc...